viernes, 25 de diciembre de 2009

Pokhara

Luego de hacer el check-in en el hotel Sakura, tomé un taxi para registrarme en el Trekkers Information Management System (TYMS) que cerraba a las 15 horas. Munido de mi Registration Card for Individual Trekkers, volví caminando al hotel en Lakeside Pokhara comprando provisiones que resultarían ser inútiles para el Trek Ghorepani Ghandrul Loop. En el camino fui confirmando el rumor que había escuchado en el micro de que habría una huelga nacional por 3 días, el mismo tipo de quilombo que en Darjeeling. Pregunté donde pude y todos coincidieron en que al día siguiente no podría llegar ni en pedo al parque nacional Annapurna para comenzar el trekking, no dejarían pasar ningún auto por la ruta. Decidí viajar esa noche mismo; los primero taxistas a los que pregunté no estaban dispuestos a viajar dos horas de y ida y dos de vuelta desde Nayapul de por la noche, eran sensatos. Tuve que pelar unas cuantas rupias para hacer el viaje. Sin haber pasado más que cuatro horas en Pokhara hice el chek-out y me fui en taxi hasta Nayapul. En el camino charlamos de política, economía, familia y sociedad. Hasta donde se lo permitía su inglés, el taxista me explicó el motivo de la huelga organizada por el partido maoísta. El actual gobierno en Nepal es una coalición de 22 partidos de oposición al maoísmo que tomó el poder cuando los maoístas, que son la mayoría, no pudieron sostener la administración ganada en las primeras elecciones libres en Nepal. Los maoístas quieren ahora volver al gobierno y por esto el quilombo. “Mohist not good, but actual government more not good”, “Government do little litlle nothing”. Alcoyana, Alcoyana, Capri, Capri.

Nayapul resultó ser una boca de lobo de noche, el tipo me dijo “we’re here”, flaco dejame en un hotel!. Trescientos metros más adelante al costado de la ruta, tocó bocina frente a una persiana metálica, al rato la persiana se levantó hasta la mitad y una señora me invitó a pasar. Por suerte se ofreció a cocinarme, con el apuro de salir de Pokhara no había cenado. Omelet y café con leche por la mañana, espectacular. Cargué la mochila al hombro y comencé el treckking. Nayapul 7.10, Mathathanti 8.45, Tikedung 10.15, Ulleri 12.15, Nangethath 15.30, Ghorepani 17.25. De 1050 a 2874 metros sobre el nivel del mar, nada mal para el primer día. El trecking me iba a llevar la mitad del tiempo estimado inicialmente según la guía. Esta zona vendría a ser algo así como nuestra pre-cordillera, aunque está mucho más poblada, el primer día de trekking es básicamente por caminos vecinales de montaña. Hay más kioscos en esta ruta que en Santa Fé entre Pueyrredón y Callao. En el camino hay alternativamente merda de yak, cabras, burros, hoteles, puestos de souvernir y chicos diciendo “sweet”, “chocolate”, “money”. A medida que se asciende los precios aumenten 10 rupias por cada 100 metros sobre el nivel del mar.

Diecisiete treinta llegué al Good View Hotel en Gorephani. Para la good view tendría que esperar hasta el día siguiente, estaba nublado y a 20 minutos de oscurecer. Me dí una ducha caliente (trecking de luxe) y bajé al comedor Black Label en mano. De acuerdo a las instrucciones del curso de meditación debería evitar cualquier tipo tóxico desde un par de semanas antes, así que me prometí que el Juancito Caminador no bajaría de los 2000 metros de altura. Esa misma noche con la ayuda de unos nepalíes lo liquidé luego de ayudarlos a ellos a bajar el Red Label que habían llevado. Tomamos al estilo Nepalí: whiskey con agua caliente.

Madrugón al día siguiente para ver el sol nacer detrás del Himalaya en Poon Hill. Esta vez las nubes no frustaron la actividad masocasional y a pesar del frío valió mucho la pena.

Caminé el resto del día con unos nepaleses o nepalíes como quieran llamarlos que me pidieron que los acompañe porque querían volver a Katmandú en dos días sin extender el trekking demasiado, así que el segundo día también fue bastante riguroso, caminamos desde las 5.30 hasta las 18.15 compensados ampliamente por los ríos, montañas y el paisaje humano. Por la noche paramos en Gurung Cottage, un hotelito de montaña buenísimo.

El día tres del trekking comenzó más tarde, solo había que caminar cuatro o cinco horas hasta el punto de regreso. El paisaje se puso más verde y nos cruzamos con más chicos pidiendo caramelos. Los dejos con las imágenes.


















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