Me quiero ir. Calcula is a shit hole. Llegué en la madrugada del 11 de diciembre volando desde Goa. Luego de la esperada hora cuarenta y cinco que tardó en salir la mochila de la cinta, había una cola interminable en el counter de los taxis pre-pagos; se habían quedado sin taxis (por alguna razón me sentí como en Ezeiza), unos tipos se pusieron a discutir, los gritos eran en bengalí así que no entendí un carajo.
Finalmente encontré afuera el taxi patente 603 que me habían asignado, el tachero estaba alienado; no pude distinguir si borracho o drogrado, o las dos cosas. En fin, me condujo hasta el Paragon Hotel en Sudder St. Esta calle aglutina en 300 metros todos los hostels roñosos preferidos por los mochileros hippies europeos. Caminar la extensión de Sudder St. demora su buen tiempo; amén de que no hay una baldosa entera, hay que esquivar basura, mierda, gente pidiendo y taxis que parece que directamente te apuntan para atropellarte y te aturden con sus bocinas tuneadas.
Mi día en Calculata comenzó con un paseo a pié por el área de BBD Bagh. Hay toda una serie de edificios coloniales imperdibles según la guía. A las tres horas decidí que apuraría mi salida para el día siguiente; en Calculata no hay 1 cm2 que no sea una roña (ni siquiera en el hotel o en algún restaurant), realmente es difícil estar cómodo, sentarse. El concierto de claxons es inbancable después de unas horas. Los pasajes de tren estaban agotados, así que tuve que ir hasta la oficina que tiene la tourist quota de pasajes para conseguir uno. Hay que llevar el pasarte y el comprobante oficial de las rupias que cambiaste. La burocracia es otra cosa que te hace sentir como en casa. Gracias a Shiva conseguí una cama en el 2343 Darjeeling Mail de las 22.05 del día siguiente.
Pasaje en mano continué con el walking tour. A pesar de ser una cagada, Calculta no es lo que esperaba en relación a la miseria. No hay gente muriéndose de hambre en la calle, no hay chicos mutilados por sus padres para conseguir unos mangos extras, de hecho, hay menos gente mangueando en el barrio turístico que trapitos en Palermo.
Por la tarde encontré refugio en Elliot Park (algo más o menos cuidado) y tapé el ruido de la calle con el walkman. Al rato tenía de compañero de banco de plaza un hindú que comenzó a dar charla. Este quiere manguearme o garcharme, una de dos, pensé. Al rato se mostró inofensivo, me paseó por los alrededores del parque, la iglesia, el planetario y no sé que más. Para mi sorpresa a las 5 se hizo de noche. Estaba cerca del Victorial Memorial (todos los edificios emblemáticos los hicieron los ingléses acá), así que hice tiempo para ver el espectáculo de luz y sonido. Eramos 3 japoneses y yo, comenzó con unas diapositivas setentísticas y una voz en off que anunciaba la apasionante historia de Calcuta, desconozco como habrá terminado, partí raudamente en un taxi hacia el hotel.
Intenté buscar refugio en un restaurant, así que fui a uno que un tipo me recomendó en el avión, estaba cerrado. Encontré otro a 200 metros con sala con aire acondicionado. Te metés ahí fresquito y tienen un menú diferente que en el otro salón comedor. VIP = AC. Toda la comida en india es para chuparse los dedos; ni en el restaurant safé de comer con la mano. De vuelta en el hotel hubo unos tragos y una improvisada sesión de música hasta la media noche.
El día siguiente traería mi reconciliación con Calcuta, el tipo de ayer me había recomendado ir a unos templos, estaban en la guía de todas maneras. Después de unos scramble eggs, black coffee y orange juice en el Blue Sky Café (lo digo en inglés a ver si puede sonar mejor de lo que fué), valientemente tomé un bondi en Explanede. Seis rupias bastaron para recorrer durante más de una hora la ciudad. Me entretuve sacando algunas instantáneas desde el bondi.
Belur Math es un centro religioso Ramakrishna Paramahansa (no pregunten porque no sé que carajo quiere decir). El templo hay que recorrerlo en patas, no se puede sacar fotos, escuchar música ni hablar en voz alta, de tirar papeles al piso nadie menciona nada. El lugar está bastante bien y dá al río Hooglhy que bien podría ser en fonética ugly. A las 12.00 cerraba así que lo recorrí un poco a las apuradas. Mientras me estaban invitando a salir vi una cola en uno de los edificios linderos, pregunté que erá; el comedor. Me dirigí hacia la cola; Do you wanna eat here? Preguntó extrañado el tipo. How much? It’s free, just a donation. OK. Había una cola de unos 200 tipos por lo menos y otra cola adyacente de igual cantidad de mujeres. Alejandro y 400 feligreses. La cosa se servía en un quincho enorme, había unas alfombritas largas sobre las que te sentás en hileras de a 20/30 y otros tantos tenés en la espalda y enfrente. La vajilla era de acero inoxidable, un vaso con agua y un plato que pronto se llenó desde un balde con un cucharón de arroz. Al rato vino otro balde con una cosa amarilla de consistencia papillosa y picante. A los 5 minutos todos habían terminado y me miraban como me esforzaba por terminar el manjar ofrecido. Todos se levantaron dejaron el plato en un piletón de cemento que había a un costado y se fueron a lavar las manos. Hice lo propio.
Desde Belur Math cruzé el Hooglhy en barco hasta Kali Temple. El templo estaba bonito, parace que era día de ofrendas, cientos de personas hacían cola frente al templo munidas de arreglos florales e incienso, ni un solo turista a la vista. Me metí en la cola, luego de hora y media pude pasar frente a la figura de un díos negro allí y por un par de rupias me dieron unas rosas chinas. Algo así como hacer la cola en Orlando para saludar a Mickey.
Aunque a la noche me iba, pagué un día más de hotel para tener donde apoyar el culo un rato, tomar algo tranqui y escribir unas líneas. Al salir del hotel, tomé un rickshaw a pata (pueden ver el video). La verdad que se siente para horrible, el tipo en patas corriendo por calles llevandote en una silla al estilo maharajá. Un desafío para la culpa.
Próxima parada Darjeeling.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy buen relato, Ale.
ResponderEliminarBuenísimo poder viajar un poco con vos a través de los textos.
Heavy la India.
Un abrazo.
Creeme que por unas líneas me senté con vos en la alfombra y sentí la mirada de todos mientras terminabas de comer. Más besos!
ResponderEliminar